2009/08/05

Vendetta

Decía el afamado intelectual de Rubio - o más allá, según la leyenda urbana-, el dr. Carlos Andrés Pérez, que no se puede esconder ni la riqueza material ni la tos. Es latoso explicarlo pero el corolario prismacolor de semejante aseveración es que no puede haber un rico tuberculoso trabajando en la clandestinidad. Por partida doble lo agarran. Debió agregar el intelectual (nótese la vara con que se mide) que los valores burgueses tampoco pueden esconderse y que la seda puede que vista al monje, pero no a la mona.

El burgués y el aspirante (que son los peorcitos) no rigen su vida, su quehacer social y su trabajo profesional por principios. Están pendientes de "finales": Cómo quedan ellos ahí: El fin que justifica los medios: Los demás son medio bolsas: Nadie se dará cuenta: "etcétera, etcétera" (Chávez dixit). A lo largo de ese ancho camino de deshonestidades van dejado cadáveres. Mi paisano Mario Benedetti sumarizaba el asunto en una frase que para los pelos: "Y los que mueren son gente humilde y los que quedan, llorando rabia, seguro piensan en el desquite". Nada más natural que así sea... Los humildes siempre son las víctimas de las deshonestidades. Les enseñaron a renuciar sus cosas cuando un perro grande le enseña los dientes. Y no es metáfora andreseloicista lo del perro.

Es por ello, y sólo por ello, que los burgueses y los aspirantes (que ya sabemos...) se devanan "la neurona" cuando les llega un golpe inesperado. Buscan en las memorias de sus innumerables actos criminales tratando de darle una explicación mafiosa -como ellos- a esa letra de cambio que les llega sin aviso y sin protesto. "Debe ser una vendetta, padrino", le dicen al oído las novias (dicho sin distingo de género). ¿Cómo puede ser que exista en este mundo quien haga de los principios una bandera y de los cisnes negros pruebas irrefutables del color de la pelambre, cuando todo el mundo sabe que no son cisnes sino burras? ¿Cómo puede alguien poner en duda la honestidad y la profesionalidad de los insumergibles mojones defecados por una sociedad de cómplices? Expliquemos de nuevo para los AGUAos y los ex-pertos de toda laya que piensan que pueden pasar agachaos disfrazaos de revolucionarios en un país en Revolución: "Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar."

¿Dibujitos??, que algo queda...

Manuel Brito

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