2009/08/25

Retrato Hablado

Muy bien podría titular también con el participio (y protagónico) pasado de verbo escribir, tal y a la usanza de la primera novia de la república, abogado de la república de Venezuela por obra y gracia de los Fuenmayor, mercaderes de la educacion. Escribo, pues: Retrato Escribido.

Mi fama de críptico ya rebasa los mares. Yo escribo en Tokio y me leen en el "Extremo Oriente": Macuro, por ejemplo. La fama llega enchumbada de agua salada después de atravesar el Pacífico, y dependiendo por donde se vaya -si por Panamá o por el estrecho de los Campeones del Caribe 1970- se enchumba de Mar Caribe o de Atlántico. Lo "importante" es criar fama y acostarse a dormir. Pregúntenle a los gorditos llorones que heredaron fama y malas mañas. Como Atila, en donde durmieron no vuelven a crecer los laureles.

No es que sea críptico. Si no es contigo la cosa no vas a poder entender. Porque yo no escribo para las gradas, escribo con destinatario. Sobre todo a los coroneles que no tiene quien le escriba más que lisonjas y jaladeras, y se emborrachan con su recién adquirido poder. Y puedo asegurar , sin temor a equivocarme, que los destinatarios me leen y saben de qué estoy escrbiendo.

Mala cosa pasa, sin embargo, cuando alguien ajeno a lo que se escribe, siente que le estoy haciendo un "retrato escribido". "¿Que hacer?" le pregunto a Sexto Ulianov y como es natural no me responde. Lenin no tiene (nótese el uso del presente) tiempo para pedejadas. Con él converso de como vamos a darle un merecido tatequieto al show de Rigoberto y su mono "Temático". ¡Lenin es trinca!, déjenme decirlo.

Repito: Si no es contigo, no es contigo. Si es contigo, es contigo. Y si es contigo, que NO te sea leve.

Agua de tinajero, que algo queda...

Manuel Brito

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