Hay gente (¡un decir!) que se espepita en dar noticias, sean estas buenas, malas o regulares. Lo importante no es el contenido de la noticia sino ser ellos los primeros. Tubazos, los llaman. Pero tubazos con nombre y apellido, por si la pegan. Un ejemplo, infantil de "tubazos" es denunciar vía televisión y páginas web(onas), antes de que se enteren y ACTUEN los cuerpos de inteligencia del Estado, los mil y un planes golpistas, de desequilibrio, magnicidio y demás yerbas, que terminan por recordarnos al pastorcito mentiroso.
Y los obituarios son estelares. Hace poco les dio por decir : Murió Mario Benedetti. ¡Jooooder!!! ¡Que falta de ignorancia!!! que diría el Sr. Moreno. Matan a los inmortales. Cualquiera puede decirte que murió Beethoven o, guardando las distancias (que hay Atlantico de por medio), que murió Gardel. En cada obituario que escriben sobre los inmortales se les van muriendo cientos de miles de neuronas. Y no lo digo en broma. La inmortalidad no es cosa de bromas.
Y ya no contentos con haber matado al inmortal, ahora lo siembran.... ¿Sembrarlos??? ¿Cómo es eso, mis estimados agropecuarios? Si esos inmortales a los que con sus obituarios intentan matar, son árboles frondosos, de raíces profundas, de troncos gruesos, de ramas poderosas cargadas de imperecederos e infinitos frutos. ¿No sienten acaso la presencia de Luis Mariano cuando se comen un mango, o una cerecita -alias semeruco-?? ¿No se les aguan los ojos cuando ven las Tardes de Naiguatá a las que le cantara Eduardo Serrano? ¿Es que acaso "el marxismo hecho canción" de Alí Primera no les retumba en las cabecitas, un día si, y el otro también? Y sólo para dejárselo en asuntos locales, porque esos inmortales de quienes hablo son universales, y como seres universales tiemblan de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo (¡épale, tú!!). Es decir que viven permanenmente indignados y por eso su trabajo inmortal, imperecedero, que combate injusticia, que invita al verdadero amor al ser humano, muy distinto al amor de los piadosos y misericordiosos monotemáticos (¿o era monoteístas?).
"No puede borrarse el canto" es la frase con que inició Otilio unos sentidos versos a otro inmortal: Víctor Jara. "A Víctor" es una de las canciones más sentidas y más lindas que haya escuchado.
"Motivos para cantar", ¡nojoda!!!, que algo queda...
Manuel Brito
http://www.youtube.com/watch?v=q_5MG5ikrqA&feature=related