Es natural que el criollo medianamente educado, porque el sistema de dominación sólo medio educa, conozca e interprete nuestra Historia en los términos en que la clase dominante quiere que se interprete. No se nos educó para ser republicanos, que era como llamaba Samuel Robinson a los ciudadanos desalienados. Se nos educó para reproducir las conductas que le permiten al sistema el lavado y engrase que le hace falta a su maquinaria de crisis cíclicas.
A un título como el que esto acompaña, la gente que no tiene ni siquiera memoria para recordar lo que escribió hace un par de horas, responde en automático con el Castillo de Santa Rosa "donde probo su heroísmo la mujer venezolana". No tengo nada en contra de los Arismendi, pero pasan a la historia por un episodio como ese, hecho leyenda, por ser precisamente Arismendi. Y quienes no nacen Arismendi pero ambicionan el escapulario ajeno, y quieren bañarse de heroísmo de la mujer venezolana, van y buscan emparentarse con los Arismendi. Burgueses y aspirantes a burgueses son el motor cagatinta de la historiografía burguesa. Pasa que desde Luisa Cáceres para acá, nanay, nanay...siguen usando esa gasolina como combustible porque no han logrado hacer más nada digno de leyenda. Todo lo contrario. La verdad es que gente así me produce alergia, dermatitis (¡épale Juan!!). Calculadores los que usan el apellido para seguir en la manguangua, y calculadores y amorales los que van en pos de obtener ese apellido a como de lugar para entrar automáticamente en la pomada.
Los "revolucionarios verdaderos" lo primero que hacemos es forjarnos en el burgués "camino a la excelencia", cuidar los apellidos y cruzarnos con gente notable y notoria que tenga la sartén por el mango, y en tanto cruce empiezan a salir los muchachos con rabo de cochino. Porque tampoco es que vamos a ser ciudadanos de segunda. El objetivo es que nos digan intelectuales para poder "luchar por el pueblo", para "acompañar al pueblo". Estan claritos en sus conceptos y en el diseño de sociedad a la que aspiran, donde ellos son jefes manque tengan cochoco (¡y cómo tienen cochocho!!). Conceptos burgueses, sociedad burguesa, modales burgueses, menos mal que no los pisamos.
Contraponer a una Arismendi el probado heroísmo de la mujer de Tamanaco es demasiado fanatismo, te dirán los blanquitos euro-céntricos. Yo soy menos ambicioso, con que me nombren a las dos codo a codo (¡épale Mario!!) en los textos de Historia, ya está mejor... Nos vamos entendiendo. Pero heroína, heroína, y de la más alta pureza, es la carajita estudiante de la Universidad Bolivariana de Venezuela que dijo hace como tres meses por los micrófonos de Radio Nacional de Venezuela: "Nosotros no salimos a la calle a buscar al pueblo. ¡Nosotros somos pueblo!!!". ¡Toda una nota!!!
A estas heroínas que son pueblo, "los revolucionarios verdaderos" las llaman: revolucionarios de "nuevo cuño".
Sonríe que te están filmando, que algo queda...
Manuel Brito