2009/06/05

Infantilismo: enfermedad burguesa del "socialismo"

A la pregunta: ¿Qué es el Socialismo (escrito en mayúscula y sin apellido)? Una doñita (dicho sin distingo de género) responderá sin que el tiemble la doble papada: Es la estación donde me bajo antes de que el tren siga a paso de vencedores hacia el comunismo.

Puede que lo digan con otras palabras, o usen otras metáforas, pero la esencia está ahí, incólume, esplendorosamente anticomunista en tradición y culillúamente anticomunista en ignorancia; a pesar de que tienen la pared llena de diplomas. Culillo generado por una profunda penetración del "imaginario fantasioso" de lo social-demócrata, o lo social-cristiano, o lo nacional-socialista (¡épale Juan Domingo!!) y las permutaciones y combinaciones que se permitan.

Es por eso que este grupo de sifrinos y aspirantes (que son los peorcitos), aquende y allende de la talanquera móvil, coinciden plenamente en hablar de "socialismo" (en minúsculas, con comillas, subrayado y con lucetas de neón). Un ejemplo es leer a los apologéticos periodistas amateur de YVKE, todos bajo la direccion de la licenciada Cristina González, haciendo acrobacias para defender a la Revolución y al líder, de las acusaciones que se hacen del carácter comunista del proceso. "socialista" (sic), si. Comunista, nunca!!! (sick: en inglés).

Y no se diga de la profunda profundidad del "debate" (si no me pisas los callos, porfa), del "análisis" (anecdotario y de inconducente trivialidad) y del proyecto de sociedad (¡chévere, chévere, chévere!!!! ¡muah, muah!!). Pero donde de veras se les sale lo infantil, lo balurdo, el poco uso del cacúmen, es en la critica anecdótica y trivial al Imperialismo y a la penetración cultural propiciada desde los Tin-Tan del capital y sus carnales Marcelos, cipayitos educados en la administración de colonias.

Sobran los ejemplos, pero ya no me sobra ni espacio, y mucho menos me sobra paciencia.

¡Al que le caiga le chupa!, que algo queda...

Manuel Brito