Me pregunto desde entonces cómo se dirá en el idioma de Shakespeare, y en el argot del cricket, "se le cayó un flaicito", o el más apesadumbrado "se le fue el rolling entre las piernas". Porque gente torpe hay como frijol, pero generalmente comete sus torpezas mientras los otros -los que pueden y deben salirle al paso- están hablando por el celular, o saludando de besitos a los conocidos (¡épale Vladimir!!). O están los consecuentemente torpes, que ya después de la torpeza número 15, pueden llegar a tres mil sin que nadie les diga nada. ¡El tonto de la familia! Pero, ser profesional y dejar caer un flaicito, o que se te vaya un rolling entre la piernas con el stadium lleno y con transmisión en vivo por señal abierta, señal cerrada, señal alternativa y cable, es "como que mucho" (¡así dicen en Valera!).
Yo aprendí a no prenderle velas a nigun santo hace ya mucho tiempo. Lo hice en alguna época, es verdad. La gruta de la Virgen del Carmen en la carretera vieja Petare-Guarenas me vio hacerlo. No nos falló. Siempre era emocinate ver al esplendoroso Cabo Codera desde la entrada de Sotillo. Y San Judas Tadeo, en el Corazón de Jesús (Av. FFAA) tambien tuvo sus cuatros cirios encendidos haciéndole guardia. Decían que era más efectivo que el Dr. Lares Campos en asuntos de operación de amígdalas.
Siento especial aprecio por los análisis políticos -siempre desde la perspectiva marxista- que hace Allan Woods. Sus análisis sido una referencia importante desde que sé de su existencia. Y por eso se me fue el canapé por el camino viejo, cuando estaba leyendo su "El 18 Brumario de Mahmoud Ahmadineyad" (http://www.aporrea.org/
La regla de oro es tan sencilla: Pregúntale al Departamento de Estado con quien está y a quién le da apoyo financiero y logístico.
¡Dialéctico!!!, que algo queda...
Manuel Brito