2009/02/20

"Se suspenden...."

De la misma forma como aprendí de memoria el "Palabreo de la Loca Luz Caraballo" en la voz de Andrés Eloy Blanco, aprendí el Palabreo de la Venezuela Facista en voz de un señor que pasó a la historia anecdótica de Venezuela con el nombre de "Considerando". Se dice que era el chivo que más meaba -literal- en Miraflores en las horas posteriores a la ignominia aplaudida por ese grupo de gente (¡un decir!) que llamo paisanos porque me obliga la Constitución de la República.

Considerando: que la gente que habla y escribe de revolución (nótese el diminutivo) desde sus cómodas posiciones de "con mis creencias religiosas y mi propiedad privada no te metas" tienen un patuque conceptual del que no los salva nadie ("Loro viejo no aprende a hablar").

"Se suspenden..." los bautizos en cualquier fe religiosa de personas que no puedan elegir por ellos mismos, a plena conciencia, y con la capacidad intelectual necesaria para hacer semejante elección dada por una educación pública, gratuita, obligatoria y laica.

En mi casa, porque la Revolución empieza por casa, en tan sólo una generación, hemos contribuido a la desalienación de nuestros hijos, a la liberación de una pequeña porción de la humanidad del lastre cultural que involucra delegar en fuerzas metafísicas los destinos del individuo, de la humanidad y del planeta.

La espiritualidad es asunto de cada quien, y la espiritualidad no se organiza en instituciones de dominio, manipulación y nariceo. La "espiritualidad" tampoco se hace política de Estado, y mucho menos políticas educativas. Las religiones de cualquier cuño -de madre- no forman parte, se excluyen, de los procesos sociales que conducen a la desalienación, a la libertad de la humanidad. No hay forma ni manera de conciliar la industria lucrativa y manipuladora del sometimiento a la voluntad de dios(o dioses) con la Revolución.

Dejen de forzar en los chiquillos de mi Patria creeencias y supersticiones. Enséñeseles a pensar lógicamente, a establecer vínculos entre islas de información y a usar su talento en beneficio de la humanidad. Habrán logrado así dar el primer paso hacia una sociedad de paz, solidaridad y armonía.

No es una utopía lo que se canta en "La Internacional", lo que pasa es que "los comunistas" de antaño no estuvieron nunca convencidos de que la Revolución es ciencia y no vulgar y manipuladora metafísica. Claudicaron y ahora quieren que los demás claudiquen. Nos llaman con generosidad stalinistas y cosas feas sólo para ser aceptados por la gente que tiene y vive (¡vivisimos!!) del patuque conceptual.

La subjetividad os devorará, que algo queda...

Manuel Brito