Profesional es alguien que demuestra alta capacidad en una actividad específica. Esa capacidad, por mucho que recen los creyones, no cae del cielo. Es producto de estudio, disciplina y trabajo. Las universidades ofrecen licencias para matar. La mayoría de los graduados lo hacen. Unos matan tigres, otros matan ética. Unos logran hacerse reyes tuertos en países de ciegos. Pocos se convierten en profesionales. A lo más que llegan es a tener un carro grande que es sinónimo de "doctor" en cualquier estacionamiento citadino. Nota bene: No se considera profesional a quien le enamora la hija al Jefe de Cátedra para asegurarse "el camino de la excelencia" y las beca$
necesarias; que no solo de títulos vive el hombre.
Cuando Sexto Ulianov, mejor conocido por Volodia, propone a la organizacion revolucionaria la formación de cuadros, lo hace en frontal enfrentamiento con su paisano Modest Musorgski quien expuso con sublimes tonos que los cuadros debían estar en una exposición. "¡La Pinga!!!", respondió Volodia. Expuestos si, pero no entre cuatro paredes blancas donde vengan a verlo los amigos de mes en mes. Expuestos. Si. Expuestos al contacto con la masa trabajadora, enseñando la teoría revolucionaria, activando la organización revolucionaria y dedicados a ello 24 horas al día y 365 días al año. Un solo día de vacaciones y eso sólo cada cuatro años. A esos muchachones los vamos a llamar "revolucionarios profesionales" y como la mayoría de ellos no tiene suegro que le arrime la canoa con una bequita doble-filo, el partido se encarga de suministrarle lo necesario para que coman y se limpien (secuencia lógica y hegeliana).
Y no. No se les dice profesionales porque la organización revolucionaria les brinde una mesada y se establezca un intercambio de trabajo por sueldo. Se les dice profesionales porque demuestra alta capacidad en una actividad específica: la Revolución.
¡Combatan la ideología muchachones!!!, que algo queda...
Manuel Brito
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