Desde la alturas de la burocracia "intelectual" defensora de monjitas faranduleras y catequistas (real, histórico y comprobable), por burda y asquerosa conveniencia me dejan caer un párrafo que vale la pena reproducir aquí: "Ahora bien, por muy ateo-agnóstico-no creyente que se puede ser, no reconocer los hechos (reales, históricos y comprobables y no divinos, ni de apóstoles) no solo es mezquino, sino faltar a la objetividad en un análisis que pretende ser marxista."
La Teología de la Liberación es un una contradicción desde su título hasta sus conclusiones. Dios no existe y la leyenda de su hijo es sólo eso, leyenda y moralina. La Revolución o es universal, o no es Revolución. La Revolución es Ciencia y no metafísica. Sus "mártires", que son los mártires de la lucha popular (sin dios y sin amo), no fueron asesinados por invocar la Teología de la Liberación desde un estudio de TV, sino por formar parte activa de las Fuerzas Armas de Liberación Nacional en sus respectivos países (real, histórico y comprobable), en muchos casos, o por formar parte de las redes de apoyo a la insurgencia popular (real, histórico y comprobable), en otros. Y para entender eso no hace falta hacer un "análisis marxista" vía wikipedia, ni recurrir a Descartes. Lo que hay es que tener verguenza y no usar el poquito talento que se tiene para confundir a los confundibles o para arrancar aplausos de las focas de clase media profesional (profesionalismo en duda).
Contaba hasta tres, pero van sopotocientos, que algo queda...
Manuel Brito