Veamos. Si en Mesopotamia el señor Hussein veía caer una manzana, por dar un ejemplo, decía: "¡Coño!! ¿Y de dónde salió esta manzana, si aqui de vaina se dan dátiles?". No fue hasta la llegada de Isaac Newton, que todavía no era Sir por appointment de la reina, que se le dio una explicación científica, consistente, a ese hecho sencillo. Y no fue por inspiración divina, ni porque las musas le llegaron de chaflán. Newton estudió con mucho ahínco las observaciones de Copérnico, y éste a su vez se inspiró en otro gigante, que a pesar de sus malos modales y pésimo comportamiento ciudadano, era un genio. Me refiero al Rey de la Urea Esparcida: Tolomeo.
Hoy día, la ley de la gravedad ha sufrido una "mutación al compás del avance tecnológico". Por ejemplo, se cae una avioneta en Guárico y los muchachos de RNV escribirán sin que les tiemble el pulso: Avioneta se preciptó a tierra dejando 5 personas fallecidas (sic). Uno no sabe si la mutación es en el lenguaje o lo que muta es la fuerza que actúa entre dos cuerpos que se atraen (sin necesidad de cirugía plástica) y que es directamente propocional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. No es lo mismo una manzana que una avioneta, te dirá el avispao, tienes que tomar en cuenta "el compás del avance tecnológico".
Lo que ha permanecido invariable, sin "mutaciones" de ninguna especie desde que aparecieron los pájaros en este planeta, es su condición ovípara. El que gente que se cree inteligente porque completó estudios formales y tiene un diploma, crea en la gravidez de los pajaritos es un problema sin solución, por ahora.... Al menos no es una solución trivial. Tampoco se le puede dar una solucion heurística. Lo mejor es dejarlos hasta que les caiga "oportunamente"(¡claro!) la locha.
Paciencia piojo, que la noche es larga, que algo queda...
Manuel Brito