2009/12/09

Un ejemplo admirable

Precisamente, Sant Roz, precisamente. El ejemplo admirable. Que nadie pueda siquiera poner en duda la admirabilidad del ejemplo.

Porque no soy un admirable ejemplo para "la lucha" no doy talleres sobre "la lucha" a la gente humilde de mi pueblo. Pueblo que de saber los detalles de los privilegios que yo disfruto me echaría a patadas, porque como pueblo somos humildes y nobles pero no somos pendejos.
Porque tengo verguenza no digo una cosa en público y hago otras en privado. Porque soy comunista crío y educo espartanamente a mis hijos en el espíritu del comunismo y no en la búsqueda del privilegio facilongo o la herencia de prestigiosos prestigios. Porque creo en la
sociedad igualitaria no uso mi talento como azote de los humildes, ni para joderlos ni para engañarlos. Porque estudié y sigo estudiando la teoría revolucionaria combato en todo terreno y por igual a mis enemigos de clase y a los oportunistas dentro del proceso revolucionario. Porque tengo verguenza no busco las mil y una maneras de chulearme a Venezuela y a su Revolución. Y te garantizo que tengo la herramientas intelectuales, la táctica y estrategia para obtener beneficio personal de la Revolución y todavía quedar como gran héroe. Celestinos sobran para ayudarme en el trabajito, como ya ha quedado demostrado.

Si alguna vez me reincorporo a la educación del pueblo humilde para dar un taller sobre marxismo y organización popular en Nuestra América lo daré con mis propios recursos en un pais como Haití, porque es allí donde hacemos falta. Es allí donde la agitación y el ejemplo es
necesario. No hacemos falta en un país que pueda pagar mis "merecidos lujos" y mis imprescindibles taxis acordes a mi desinteresada labor de "intelectual", que va de cumbre en cumbre, de centro en centro, de foro en foro y de internacional en internacional, mientras los pueblos siguende abismo en abismo (¿te suena???).

Por ahora me limito a demostrarle -día a día- a la la clase media profesional venezolana (aquende o allende la talanquera) y a los "intelectuales", y en su propio patio virtual, que tienen la cabeza llena de mierda. Ya con eso es mas que suficiente en el tránsito hacia un sociedad libre.

¡Libre de mierda!, que algo queda...

Manuel Brito