Parece surgir un problema. Cómo hacer para detectar pendejos, y descartarlos de toda labor y acción de liderazgo social, en regiones donde ni hay iglesias, ni hay monaguillos. No hay problema. La gente gafa pero que se cree inteligente despide un tufo que se detecta a 8000 millas de distancia. Es decir, el tufo llega hasta las antípodas, antes de que podamos podarlos.
La premisa fundamental es que una Revolución puede que no sea comunista (en esos casos se les llama tinglado de payasos), pero un revolucionario nunca puede ser anticomunista. Axiomático. No hay tutía Tula, Unamuno, ni mucho menos tutía Julia, ... ¿cómo es que se llama el desastre ese que escribía novelas tan sabroso, pero que le vendió el culo a la oligarquía?
Sépanlo aquellos anticomunistas que, por ahora..., andan disfrazados de rojo y jalándole bolas a Chávez. Los voy a sacar de sus cuevas. Mi trabajo es hacer que saquen pa'juera, a la vista de todo aquel que quiera ver y que haya abandonado la terrible costumbre de chuparse el dedo, el anticomunismo que debilita a la Revolución, el racismo que debilita a la Revolución, el clasismo que debilita a la Revolución, el chauvinismo que debilita a la Revolución.
¡Ditto!!, que algo queda...
Manuel Brito, colombiano y a mucha honra desde 1830.