Hay gente -¡un decir!- que alcanza la senilidad a temprana edad. No pasan de 15 y ya van por la vida rumiando con apenas un estómago, a veces medio vacío, a veces medio lleno, pero con la cabeza totalmente llena de mierda hasta el último de sus días. Yo sostengo aquí que esa cosa que fue dizque profesor de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) Instituto Pedagógico "Rafael Alberto Escobar Lara" de Maracay que se hace llamar Manuel Martínez es uno de ellos. Tengo por política no hacerle caso a este tipo de individuos, si no se meten conmigo y con mis herramientas de trabajo. Martínez dice ser marxista pero actúa y escribe con el nivel intelectual de una vieja perezjimenista (dicho sin distingo de género). Eso es lo que jode. Jode que se defina como marxista un carajo que ya en las páginas de "El Nacional" dio señales de acentuado fachismo.
Como el adalid de ese movimento de masas que se hace llamar "los detractores del Chávez" o "los defensores del bolívar" (¡igual da!), Martínez ha escrito resmas enteras de paja loca en contra de Chávez -"¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!"- y todo porque no le igualan sus escasos bolívares a dólares; habida cuenta del exitazo alcanzado por Guatemala, Ecuador y Argentina igualando pelo-a-pelo sus respectivas monedas al dólar: "Lo mismo un burro que un gran profesor". A Discépolo le sobraron ejemplos para escribir esa frase y eso que nunca pasó por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) Instituto Pedagógico "Rafael Alberto Escobar Lara" de Maracay
Pero lo de hoy es casi que la guinda a su bosta de vida, si el pendejo este se muere mañana. Sé que no. Sé que seguirá agregando más mierda a su "obra", desorientando en nombre de su analisis dialéctico-llorón para seguir buscándole defectos -que los tiene y muchos a la vista de todos- el gobierno que preside un revolucionario. Diferente a decir un gobierno revolucionario.
Las perlas de sus boca sucia:
"[...]durante el largo y cruento régimen del Dictador Juan Vicente Gómez no llegó a faltar el pan en la mesa diaria de las familias trabajadoras, y los ciudadanos podían dormir en las calles con faltriqueras cargadas de morocotas y nunca policía ni transeúnte alguno osó arrebatarle su bolsa.
Lo mismo podemos afirmar del régimen de Marcos Pérez Jiménez, y también más recientemente sobre los oprobiosos regímenes de adecos y copeyanos. Cuando Rómulo Betancourt y Raúl Leoni hubo muchos desaparecidos, ajusticiados y torturados, pero en paralelo y simétricamente el resto de la sociedad no politizada ni fanatizada por partido político alguno sino la gente honesta y trabajadora vivió en paz."
Manuel Martínez y su familia "honesta y trabajadora" estaban bien y por eso TODOS estaban bien.
¡Dialéctica pura, pues!!!
¡A La Rotunda y vidrio molido por webon!!!, que algo queda...
Manuel Brito