2009/12/06

Pateando cerros

Ante de 1998, Roberto Hernández Montoya portaba un rifle con mira telescópica como el que -según las fotos- usaba Fidel en la guerrilla. La idea de un rifle de este estilo es ahorrar municiones. Que cada vez que se apriete el gatillo -que apenas tiene siete vidillas- se dé en el blanco, o en el negro. Que no todos los enemigos son blanquitos, o se las den de blanquitos (que son los peorcitos).

Recuerdo dos trabajos importantísimos sobre Andrés ELoy Blanco, a quien yo llamo "mi adeco favorito". No leer esos trabajos es perderse el trabajo limpio y seco de un verdadero francotirador. Paréntesis: francamante hablando no hay nada mejor en este mundo que tirar con franqueza. Si yo hubiese sido un miembro de la Academia de la Lengua (cambiamos de tema, ya no estamos tirando...), o un crítico literario de estos que da pena (¡casi todos!), me hubiesen dado como mínimo tres patatús.

Después de 1998, sin embargo, por razón que desconozco, Roberto se ha dedicado a substituir a Tito Martínez del Box. ¡No sé! Cada quien hace de su camisa un sayo. Lo poco que recuerdo de estos años escrito o dicho por él con gran acierto, o que da en el blanco, o en el negro (ibidem) es la expresión en la que increpa a quienes desde este lado de la talanquera (concepto ambiguo como puedo demostrar) critican y potifican acerca de la la Revolución, y en especial la emprenden contra el trabajo revolucionario de Hugo Chávez. Roberto les suelta la única pregunta posible: "¿Cuántas revoluciones has hecho tú?"

¿Tas oyendo Bierdeau (con B de Brito y no M de Manuel)??, que algo queda...

Manuel Brito