2009/12/25

Revolucionarios Contranatura

Decia Sir Isaac Newton, ya para zafarse de la anecdótica inconducente de la manzana, que existe una fuerza de atracción entre dos cuerpos de masa m1 y m2 que es directamente proporcional al producto de ellas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Esa fuerza, créanlo o no, es la que hace que las mujeres caigan en estado de gravidez. Dos cuerpos que se encuentren muy cerquita, por más flaquitos que sean, se van a atraer con mucha fuerza y lo más probable es que, si no usan métodos anticonceptivos, en 9 meses tengán un tripón. El contraejemplo es el de los gorditos que se enamoran por internet, por más gorditos que sean la fuerza de atracción no es susficiente para que la chica quede embarazada, por ahora...

Otro genio, el francés Coulomb, no se hizo esperar. Empinado sobre los hombros de Newton se dedicó al estudio de la electricidad y el magnetismo. Y cosa más grande mira tú, llegó a demostrar experimentalmente con un péndulo de torsión que la fuerza que actúa entre dos cargas eléctricas (sea ésta de atracción o repulsión) es directamente proporcional al producto de sus cargas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. "Si te he visto, te conozco", dicen que díjole Newton desde la fría tumba.

Sean masas gravitacionales o sean cargas eléctricas, la fueza con que interactúan entre sí es inversamente proporcional a la distancia que las separa. Mientras más cerca, más mazamorra. Más fuerza. Y entonces, ¿cómo es que los revolucionarios (ellos se dicen así, ¡no sé!) actúan contranatura? Y no, no me refiero a la estupidez "ilustrada" de aquellos que pretenden, basados en su prejucios religiosos y "morales" (disfraces de virtud), mandar sobre el chiquito de algunos muchachones y sobre las lenguitas avidas de peluchitos de algunas muchachonas. ¡No! Me refiero a la contradictoria conducta de entrarle a palos literarios desde lejitos a la pechugona Hillary Clinton, y quedarse calladitos cuando la pechugona es una "camarada", que hasta ayer no más era un talón de lavandera, y hoy, gracias a la Revolución, no puede esconder la tos (¡épale Carlos Andrés!!). O vociferar contra la agueyuca "socialista" que perdió las elecciones en Chile con la extrema derecha, y no decir ni chito en contra del mal ejemplo de una vida de derroche, de oportunismo, de nepotismo, y de auto-promoción, que nos da su paisana desde el penthouse del Anauco Hilton. Son los que llaman maestro a un disfraz de virtud, y profesor o doctor a un manojo de deshonestidades.

Si ya sé. Es que resulta que tenemos algo más que perder que cadenas cuando la cosa nos toca de tan cerquita y nos invitan a formar parte de la pomada (¡épale Roland!!). Es por eso que andan de careta aunque no sea carnaval. Y estos son los que me dicen que han estudiado la teoría revolucionaria y pueden recitar el manifiesto (¡se lo leyeron, supongo!!), como quien canta un bolero en la Alberto Ravell.

¡Farsantes!!, que algo queda...

Manuel Brito