Hara cosa de 4-5 años que, de carambola, me conseguí con la repetición por VTV de un programa donde la invitada era Eva Golinger. No recuerdo el nombre del programa, no recuerdo quién era el moderador. Recuerdo a Eva vestida de gente -y no de chica con billullo- y con un rollo de papel inmenso como ese en que más de una vez ejercimos la comunicación alternativa en tiempos del cólera. ¿O no era cólera sacar a las fuerza represivas a matar estudiantes?
Nos mostraba Eva cómo había establecido ella la red de conexiones que le permitía decir a ella, pelos de burra en la mano, que la Casa Blanca se sumaba a Súmate (el orden de los sumandos no altera la suma) en sus histéricas pataleaderas de niña consentida. El papel escrito a mano, por lo que pedía disculpas, era una verdadera obra de arte. Una maraña de líneas entre decenas de actores que "dealgunamanera" y "enelmarcodeloqueseria" traición a la patria, los social-demócratas católicos y comedidos, focofijos de las páginas de sociales, y que fueron vice-presidentes de la Revolución, llaman con cariño, nostalgia y lealtad al amigo: oposición (¡épale Rangel!!).
El método de Eva para establecer las relaciones no-aparentes entre islas de información y personeros de la CONTRARREVOLUCION (¡épale Rangel!), es denominado "uso racional de la tapara". Y es precisamente el método que permite a cualquiera que tenga tiempo, paciencia y deseos de enteder de qué va la cosa, el ir determinando la forma en que se va cocinando la maraña de complicidades, amiguismos, abusos de autoridad, de aspiraciones (que dicen por ahi...), de cambures, de "peti comite" que han venido convirtiendo al proceso revolucionario en otro gobiernito más, y que son los principales causantes de la desazón que se respira en las escuelas de cuadros revolucionarios (las pocas que hubiese y que cumplan con su función con
seriedad y respeto por el pueblo que dicen defender).
¡Tremenda pancarta, caballero!!, que algo queda...
Manuel Brito