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Decía Vladimir Acosta, hace poco en referencia al actual embajador de Venezuela en España, que es un tipo que se deja embolatar. Que se dejó embolatar en el expediente referente al asesinato de Danilo Anderson, y que ahora se dejó embolatar con las visitas dirigidas por la cancillería española a los centros de retención de pasajeros "no-deseables" en el Aeropuerto de Barajas.
¡Bienvenido al "petit comité", Vladimir!!
Escribo el miércoles 4 de noviembre a las 8:52 pm de la noche (hora del Japón). Vladimir está en su programa de los miércoles en la mañana demostrándome cómo el "petit comite" puede embolatar aún a un comunista de uña en el rabo. Ya ladillan las monjas de moda y los filosófos de moda impulsados al estrellato vía Altamira.
Después que nos da la opinión de médico, de licenciado en ciencias de la salud -¡que científico es otra cosa!!- la monja traída desde tan lejos para que nos diga lo que ya sabemos, podemos buscar cuántos cientifícos en el mundo coinciden con la monja favorita del "petit comite" en esa opinión. Y ahorrarnos asi los 15 minutos de catecismo vía VTV (con la sonrisa de Vanessa), las pendejadas sobre María de Nazareth (en lo que si es doctora con grado académico la monja) y las recomendaciones de las encíclicas de Ratzinger. Además ahorramos en el presupuesto de "foros" sobre teologías que no pueden liberar a nadie porque quienes las reparten no se han liberado de la creencias metafísicas, que son en verdad las tareas de los soldados de la iglesia católica: monjas y curas, con o sin sontanas.
Ahora calátela porque lo del virus pasa, pero la cagada de darle tribuna a los catequistas se queda incrustada en la mente del pueblo al que queremos liberar. ¡Ah! y ve a ver cómo sales del embolatamiento y te vacunas contra las lisonjas de gente sifrina (y aspirantes, que son los peorcitos) que si sabe de lisonjas, porque es su especialdad.
Helene Curtis, que algo queda...
Manuel Brito