El afamado bionalista boricua Pablo Rodríguez, alias Tito, se preguntaba casi todos los días: "Meará lo mismo que ayer?", en referencia a esos pacientes que, rayanos en la hipocondría, se hacen exámenes de orina todos los días.
Los resultados de estos y otros muchos casos son predecibles. ¿Qué pudo haber cambiado en apenas 24 horas? ¿Tomaste las mismas cosas que rutinariamente tomas? Aguita por ese buche, cervecita por ese buche, roncito seco por ese buche... Entonces anótalo: mearás lo mismo que ayer: miaos.
Le atribuyen a Eisntein el decir que sólo los requete bolsas, por no decirle pendejos que es idioma de "intelectuales", repiten y repiten el mismo método de hacer las cosas y aspiran a que les de un resultado diferente cada vez. No creo que lo haya dicho Albert, y si lo dijo se le olvido poner la cita, porque eso ya estaba establecido en los tiempos de Mesopotamia; es decir, 6000 años antes de que se inventara el tarro de vaselina invisible. Porque debe ser invisible ese tarro de vaselina que un tipo tan experimentado como Vladimir Acosta no puede ver en manos de monjas "valientes", pero puede ver en la mano del blanquito de corazón (¡que son los peores!) que funge de CEO en "The Moderfokers and Sons".
Doscientos años de propaganda anticomunista auspiciada por el vaticano y ahora, que medio tenemos una tribuna para contrarrestar esa "tradición" "tan humana" (¡comillas al gusto!), la usamos para invitar a los muchachones de siempre a que nos sigan dando clases de catecismo, y cumplan con su labor de domeñarnos con la cruz. Y para mayor "INRI", avalamos con nuestra presencia, y nuestro prestigio de revolucionarios, los tinglados de pluralismo y pensamiento "crítico" de los neutrales, de los decentes, de los pacíficos...de los (censurado). Ahora se entiende por qué no le salieron al paso a las boludeces de Rigoberto Fumanchú y su trío de jesuitas sin sotana, cuando desde el Pent-House del Anauco Hilton nos meaban (igual que ayer) con sus peorras, et pourtant, malolientes intelectualidades en foros (cuando les sale del forro) pagados por la Revolución, en su acostumbrado estilo chacumbele.
La Santa Madre Iglesia (SMI Inc.) a la que sirven por igual excelsas cúpulas y rasos copuladores (aunque digan que no...) tiene una estrategia para mantenerse flotando en este siglo XXI, problemático y febril. Mosca sino pasamos de ser República Bolivariana a ser República Evangélica. El que tenga ojos...
¡Que los pele, coño!!, que algo queda...
Manuel Brito
