No puedo dar un parte detallado de la situación en la que el ronquito usó la frase. Recuerdo haberla escuchado de mis tíos en relación a un enroque largo, como le dicen los 8x8 del jalabolismo, o una rotacion de personal de confianza de alguno de estos gobiernitos vendepatrias que nos toco sufrir hasta 1998. Mi memoria es vaga, aunque mi entendimiento es diligente. Lopez Contreras necesitaba apagar las miles de candelitas que le prendieron y no contaba con mucha gente para hacerlo. El asunto como que era un gobernador díscolo en Monagas que fue substituido por un hombre fiel y eficiente que a la sazón era gobernador de Lara. No recuerdo siquiera donde lo leí, pero allí está: "Faltan hombres". Sería cosa de preguntarle a la gente que vivió esa epoca y que no le da miedo dar su opinión. Gente que desprecia al jalabolismo y a los jalabolas.
Yo he partido lanzas por Farruco cuando, sin más, el argumento central para criticar su trabajo era el que fuese español. Así no me sirven las críticas. Y quien empieza por ahí termina mal. Sobre el papel se me hace un hombre con formación política y con vocabulario político, y como hombre público susceptible a la crítica, cosa que no logran entender los funcionarios "revos" de talle esbelto y de breve pie que ni Fúlgida Luna. Comparando con otros miembros del gabinete empotrado, Farruco parece manejar la teoría revolucionaria, o (quitándole el beneficio de la duda) supo montar bien su tinglado. Pero está escrito: porcinus et sabbat tadem est.
Cualquier crítica mandarria, que el vocablo "critica constructiva" es un sifrinismo, que se la haga a Farruco debe ser merecida porque un hombre que haya escrito las ridiculeces que le dedicó a la jefa del Centro Internacional Martita para celebrar su quinquenio de chulearse a la Revolución, es un reverendo pendejo.
Denle furruco, que algo queda...
Manuel Brito