La verdad es que nunca tuve oportunidad de decir: "Billete mata a galán". A mí me mataba el galán, y seguro estoy que me seguirá matando el galán porque billete no tengo para matarlo. Aunque alguito de maña aprende uno en el camino y ya los caminos del levante no son tan secos y pedregosos, como en aquellos tiempos en que de mosquito para arriba todo era cacería. ¡Qué lástima que ahora transitamos por el camino del poniente!
Pero lo relativo es lo relativo. Y la belleza exterior es una cosa relativa. Pregúntenle a Einstein con qué velocidad se pueden caer unas tetas otrora paraditas, o caerse "el negro azabache, de tu blonda cabellera" (para reclamos por contradicciones pasen por la oficina de Julio Jaramillo), y seguro que el bueno de Albert preferiría adentrarse en cosas de mayor trascendencia. En cambio, el vigor y la universalidad de un pasaporte es un asunto que no pone en duda absolutamente nadie que esté en sus cabales. Cuando un gobierno expide -a petición de parte interesada- un pasaporte, está diciendole a toda la galaxia: el portador del presente es ciudadano de este país.Cuidado con una vaina. Y agrega: "Si este pasaporte se extraviase como suele suceder, etc, etc.".
Para que una Embajada expida un pasaporte a un ciudadano venezolano nacido de madre y padres (que uno nunca está seguro...) venezolanos, se deben cumplir una catajarra de requisitos, que, sinceramente, son mas difíciles que el parto mismo. Una vez cumplidos los requisitos, una vez expedido el pasaporte, ¿cómo puede un grupo de cabecitas locas hacer que la expedición de un documento de carácter local, sólo útil para asuntos locales, domésticos, nacionales, como es la cédula de identidad se convierta en un tormento que dure, ya no días, ya no semanas, ya meses????
Para comprender que esto es una aberración de la burocracia, hay que tener un cerebro que sepa pensar. Un cerebro entrenado en al menos la lógica formal, en al menos el análisis cartesiano. Si A es igual a B, y B es igual a C, lo mas probable es que no se entienda un coño de lo que esta escrito, si lo bonito del alfabeto es que cada letra tiene su identidad. ¡Ah!! Porque por ahí hay el cerebro de adorno que juega garrote. Y quienes andan más adornados son esa casta privilegiada de gentecita que recibió educación "superior" en instituciones donde cualquier ex-flaquito tramposo se convierte en rector con la ayuda de focas. Tan engreídos todos ellos con sus títulos, sus trampas, sus mafias, sus componendas, sus complicidades, pero con ese tufo a ineptos que trasciende fronteras, ¡y sin pasaportes!!!
¡Burrócratas de todas las tendencias!! ¡Jodeos!!, que algo queda...
Manuel Brito