2009/07/16

El hediondismo (o algo así...)

La primera vez que oi hablar con seriedad de hediondismo (o algo así...) fue cuando llegó a Venezuela la ola de ese movimiento de recreación dirigida, homogénea y unisonante que nos mandaron desde el Imperio: el movimiento hippie. La burla para con todos estos muchachos clase media problematizada, que se vestían igual, y nunca se desvestían (al menos no se cambiaban de vestido, según las lenguas viperinas), que oían una música que a mi me sigue sonando toda igual, y nunca dejaba de sonar, y que todo lo reducían a la paz, al amor -cual cristianos desprestigiados por 1700 años de reaccionaria labor-, y al cachito de mafafa, era una burla cruel y caliente. Se metio aji pi, le decían a los muchachos que se disfrazaban de woodstock.

Me huele que es precisamente esa generación dedicada al hediondismo en tiempos de guerrillas (y sus pimpollos), quienes se creyeron "revolucionarios" y contestatarios porque seguían al pelo las pautas musicales y vestimentales que le imponía el imperio vía medios de comunicación de masas, los que hoy andan con el macán de lo que debe ser el socialismo del siglo XXI, y güelerosos a anticomunismo de todos los siglos. Cuando alguien me da lecciones de lo que es ser de izquierda HOY, Julio 16, 2009, haciéndome el listado de lo que venimos diciendo desde Septiembre de 1865; cuando alguien me define que ser de izquierda es "liberarse de toda ortodoxia ideológica, adaptándose a cada realidad nacional", el tufito llega a 8000 millas. Cuando me anteponen el concepto de democracia radical a socialismo, o a comunismo, el tufito se redobla. No me jodan los hippies, ni los yuppies, ni los seguidores de gurúes que buscan darle "rostro humano" al socialismo.

Ser de izquierda es ser comunista y saber a que te enfrentas, por qué y con qué herramientas. Lo demás es ser adeco (social-democráta) light, o adeco heavy, o meterse a hippie.

¡Cuidado con las almorranas!!!, que algo queda...

Manuel Brito