2009/07/09

Colisiones

Lo más cerca que he estado de un social-cristiano de peso es el par de veces que he estado en Canada. En Toronto para ser mas específico. No me gusta la ciudad. Supongo que mi animadversión tiene su origen en Venezuela. Desprecio -sin ahorcarme de una mata de patilla- todo lo que mezcla politica con religión. Pero no desprecio tanto como para darle un cabillazo en la frente. Tampoco busco saldar viejas cuentas que tienen pendientes con Leoncio Martínez y con la dignidad, el papa y sus delfines (¡oops!) del falangismo, opus deísmo y jesuitismo, s.j. (¡si joden!!).

Cuando se está de viajes - ¡y de viejas!!, que diría un colombiano- y más si es en terreno fértil para los "exiliados" venezolanos, el concepto de "mean free path" (camino libre medio, según traducen majunchamente los doctores majunches de Cambridge) nos recuerda qué tan cortos pueden ser los caminos. En física, "Mean free path" es la distancia promedio que puede recorrer una partícula antes de chocar con otra partícula en subsecuentes choques. Un concepto útil en física pero también en política. En política, la distancia que puede recorrer un necio antes de chocar con otro necio y hacer del necio choque una necedad aún mayor se puede medir en picómetros. Pico (con el perdón de Marta Harnecker) es el prefijo que indica la trillonésima parte de algo, en este caso de un metro.

El "mean free path" para la colisión de venezolanos en el aeropuerto Herrera Campins que sirve a la ciudad de Toronto es también corto, pero no tanto. Y tampoco es que sean colisiones. Uno arrima la oreja a los grupitos de gente (¡un decir!) que portan - por ahora - documentos de identificación venezolanos, es decir, los que uno está obligado por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela a llamar paisanos. Aprovecha uno esa cara de común-ista que permite pasar inadvertido. Lo que uno hace es dejar que hablen, sin colisionar, sin llevarles la contraria, sin meter la cuchara en sus diatribas en contra del gobierno, de la Revolución, del país. Razón tenía Fidel en llamar gusanos a este tipo de personas (un decir).

Salazar "el espía", que algo queda...

Manuel Brito