Los "revolucionarios" sifrinos

Hipótesis de trabajo: "Stalin era más malo que vomitar mamón".

Para confirmar o rebatir la hipótesis, un revolucionario salido de la clase revolucionaria le pregunta a un ciudadano soviético, o a un ciudadano del bloque de países que fueron llamados satélites en la propaganda anti-comunista. Como quien dice, información de primera mano, ¡mano! El interrogado, sin pensarlo más de 1000 veces mientras se pasea por el Acorazado Potemkim, por los cañonazos del Aurora, por la Toma del Palacio de Invierno, por el Tratado de Brest-Litovsk, por la expropiación de grano a los campesinos ricos, por la resistencia al nazismo, por los Gulag, por el Sputnik I, por la masificación de la educación científico-tecnológica, por las medallas olímpicas, y por otras 990 cosas, te dice: "Sin duda. Stalin es más malo que vomitar mamón" y te explica en dónde se le trancó el serrucho a la URSS, y al Partido Comunista de la URSS. En un santiamén te pone en autos sobre el destino manifiesto de los rusos, del mesianismo, etc, etc. Te explica que stalinismo no es un experimento fallido de Comunismo, que entre stalinismo y socialismo no existe siquiera la relación entre tío abuelo y sobrina sifrina, por la que podrías medio establecer una relación que medio comprometa, la medio conveniencia de heredar neuronas que sirvan.

Un "revolucionario" sifrino, en cambio, se lee todos los tomos (y los obligo) de Rosa Luxemburgo, Korsch, Gorter y Pannekoek, Kaustky, Bauer, Martov, Bórdiga, Pannenkoek, Mattick, Lenin, Trotsky, Deutscher, Mandel, Mao Tse Tung, James Burnham, Bruno Rizzi, Milovan Djilas, Antonio Carlo y Melotti, Castoriadis, Lefort y Morin, e incluso Marcuse, para, en un idioma complejo de clase superior e intelectual (¡de existir tal cosa!), confirmar la hipotésis: Stalin es más malo que vomitar mamón. Y agregar como corolario prismacolor para
los pituquitos: No debemos repetirlo porque si ver a alguien vomitando es feo, no te cuento como es de feo si lo ves vomitando mamón.

Bierdeau (con B de Brito y no con M de Manuel), que algo queda...

Manuel Brito