Facundo tuvo una época en que no era cabrón. O si lo era, lo dismulaba. Y saber dismular es cosa que bien saben hacer los resentidos geográficos. Ellos son europeos pero de este lado del Atlántico. Ahora es un cabrón por la mitad de la calle. Su presentación en un programa ridículo de Globovisión, diciendo cosas ridiculas que le hacían juego a los reaccionarios de mierda, es la vara con que ha de ser medido.
Nada cabrón era Cabral. Al menos no en público. Una madeja de invitaciones a la reflexión sobre asuntos sociales le ganaron una invitación a cuidarse por parte de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), fundada por el brujito protegido del general en jefe del oportunismo. Una forma, creo, de enaltecer el "legado" anticomunista del jefe. Eso si, legado repleto de desarrollo patrio, cemento y "anti-imperialismo". Un final perfecto para una historia que se inició cuando el ejército fue sacado a darle patadas por el culo a los comunistas y anarquistas que organizaban los sindicatos argentinos. Una historia que debería estar bien enterrada de no ser porque son muchos nuestros muertos, mutilados, desaparecidos, que cometieron el pecado de ser "rojos". Esas muertes serán vengadas.
Cómo olvidar esos versos dedicados al lustrador de zapatos donde Cabral nos ubica en la entrada de una iglesia a donde acuden los feligreses a misa: "Ponga la pata por poca plata. Nuevo lo dejo al cuero viejo. Si tiene prisa para ir a misa... Soy más ligero que los bomberos" [...] "Ave María: la luz entra en mi casa solo de día" [...] "Señor perdone por tanta lata, por no mirarlo meti la pata. No me di cuenta que está descalzo" [...] "Si no hay zapato que importa el brillo y la elegancia de los domingos". Nada de esto aparece en la red de redes. Memoria que tiene uno. O aquella frase: "Pobrecito mi patrón. Piensa que el pobre soy yo." O la llamada a la mujer de Juan Fernández:"No me corte la llamada. Quiero avisarle que su hija Juana se fue conmigo esta mañana. Y dentro de una o dos semanas, nuestra familia será aumentada". Y todo esto dicho en medio de citas del Evangelio segun San Mateo, "en el cual creo", agregaba.
"No puedes ser esclavo y menos de dos señores. No puedes amar a dios al igual que los ladrones." Una versión ligeramente ligera de Mateo 6:24. Una forma de advertir a la gente que quiere estar de buenas con todos, y darle la razón a todos, de que un día, preferiblemente en sábado, le llegara su fiebre, como a todo porcino. Preferiblemente antes de que se convierta en pandemia.
¡Cabrones!!, que algo queda...
Manuel Brito