Me insulta sobremanera, y si fuese un burókrata de la kultura sería sobre manila, el que me digan que soy un don nadie. ¿Cómo puede ser? ¿De dónde podría sacar alguien eso de decirme a mí que no soy nadie, si hasta me veo en el espejo, más buenmozo que ayer, pero menos que mañana? Si cuando camino por la playa descalzo en esas tardes de crepúsculos hermosos y olores a sal, agarrado de manos y labios con la mujer que quiero, voy dejando huellas que luego me roba el mar... ¿A dónde iran a parar mis huellas, mis reflexiones, mis fotogenia, mis simpatía?
¿En la cabeza de quién cabe que puede haber sobre la faz de esta tierra, y a los que andan en barco ahora mismo, sobre las brumas del mar valseaito, un ser humano que pueda ser catalogado de nadie? ¿Nadie con respecto a qué? ¿Nadie en base a qué escala de valores? ¿Nadie bajo qué circunstancias?
Don nadie, pata en el suelo, y demas aforismos y sinónimos solo pueden
ser esgrimidos por un tipo de personas, con el permiso de la Ley de
Hooke para el concepto de personas... Dejo como tarea responder la
pregunta. Si cuando tratamos a los demás con esos valores y seguimos diciendo ser revolucionarios...
Dice la voz popular: ¡Que culpa tiene la vara que el sapo salte y se ensarte!
Alguna vez alguien me preguntaba que cómo hacia uno para diferenciar
entre los que de verdad son y los que dicen ser... Le respondió mi alma de relojero: Dales cuerda...
Tica-tac, que algo queda...
Manuel Brito