Xenofobia, además de ser un bellísimo nombre de mujer zuliana, es una triste actitud de vida. Hernán Cortéz antes de quemar sus naos, dirijióse a La Malinche y le cantó con voz queda, tan queda como nunca: "No me llames extranjero". Lo demás es mestizaje, holocausto, e historia conocida.
Sin embargo, siguen existiendo las fronteras. Es un hecho irrebatible. Fronteras impuestas por intereses de clase de esa minoría mundial que está clara y que además tiene una teoría supremacista que le da sabor a su vida. Hacer que todos los proletarios de todas las naciones logren unirse y no respondan a los intereses de la clase a la que ellos no pertenecen (no pertenecemos!), y luchen bajo la bandera
de la liberación y la desalienación a escala universal es tarea harto difícil. El proletario de Jordania, o China tendrá desencuentros con el proletario de Colombia (dicho bolivarianamente) en tanto la religión -herramienta de dominación y control- siga operando en nuestras sociedades, "hasta que dios quiera".
Pero no todo es feo, con la venia de Xenofobia la maracucha. La condición de extranjero, el concepto de extranjero, también puede ser herramienta útil para el revolucionario. Un extranjerómetro, fácil de construir en casa, mide el grado de lealtad que un ciudadano -por más cédula y partida de nacimiento local que se tenga- muestre por su país y por los intereses nacionales. Un ciudadano que, aún en son de
guachafita, aspire a la salvación por parte de US marines, o que se regocije de los ataques de potencias militares y sus sucursales en contra del país, no puede ser considerado venezolano.
Propongo una enmienda y un referéndum. Yo quiero que dejemos de llamar al movimiento (un decir!) de hijitos de papi (y apirantes) como un movimientos estudiantil burgués. Hay que ponerle los puntos sobre las ues a esos chiguires: Son estudiantes extranjeros. Y en cualquier país del mundo los estudiantes extranjeros que conspiren contra el gobierno local son expulsados del país sin miramientos.
-"¡Que no tienen a donde ir, stalinista dogmático!!!!"
¡Aja! Ya salió el equilibradito invertebrado... ¿Cuanto apostamos, insecto, a que todas las manitas blancas tienen doble nacionalidad, o están en proceso de obtenerla?
Misión Sansonite, que algo queda...
Manuel Brito