2009/09/08

Aspirantes(que son los peorcitos)



Una revolución con "vocación socialista", como bien apunta Martín Guédez (que bien sabe que La Guaira queda bien lejos y más si se transita por la carretera vieja de la "espiritualidad" teniendo la autopista del marxismo a mano), estará siempre plagada de plagas. No es redundancia.

Para mí, la gente que está clara en lo que es y en lo que quiere son personas de mi más alta estima. Sin son amigos, una celebración; sin son enemigos, otra celebración más. Nada más celebrable en guerra que identificar con claridad al enemigo. Un Zuloaga, por ejemplo, que te dice sin empacho alguno que puede que ellos sean especuladores, pero al mismo tiempo son empleadores y productores de riqueza, es un tipo que está claro consigo mismo y con su valores e intereses de clase. No va a perder su tiempo dándonos un "racionale" de cómo su ideología le permite decir eso sin que se le peguen los platinos. Su lógica no es maná que cae del cielo, ni es ocurrencia de última hora, es lógica que está perfectamente elaborada por mentes que en algún momento Bolívar llamó azotes.Y es lógica que se estudia en las mejores universidades del mundo, y en las más piratas tambien.

Zuloaga no es aspirante a facha. Es facha por la mitad de la calle. En cambio, un tipo que a estas alturas del partido te diga que él no quiere una Revolución donde lo igualen por abajo, es un aspirante a facha. Y estos son los peorcitos. Un tercio que aspire ser líder popular sin tener ni puta idea de lo que es ser pueblo, tambien es un facha de mierda. Un tercio que aspire a convertirse en la "nueva élite intelectual" del nuevo modelo de sociedad también es un facha. Se siente superior al resto. No esconde su desinterés por las masas. Les importa un bledo si la gente les entiende o no. No es su problema. Ellos se mueven en otro ámbito, que es ambicioso. Aspiran a ser las cabezas y para ello se llevan en los cachos a todos quienes le estorban.

Y todo ello con una metodología que se ha venido usando desde que colgaron los jardines en Babilonia. A saber, estar de buenas con el petit-comite, cambiar de colores segun la ocasión, mimetizarse, o metamorfizarse y enfrentar con vehemencia a quienes critican, con razón, el elitismo, el intelectualismo, con la razón que dan décadas de lucha, de sangre, de sudor y de lágrimas. Porque no otra cosa que esa experiencia de vida y de trabajo revolucionario de base ofrecen esas voces que uno oye en Radio Nacional de Venezuela dándose con todo en Mision Conciencia o a traves del colectivo que escribe en Grano de Maíz. Vaya muchacho, porque no hay que coincidir en todo con los compa. Hay que coincidir con ellos en lo fundamental. Y lo fundamental es que la Revolución la hacen los pueblos y nos los pequeños-burguesitos suavicrin jugando a ser "revos" desde su oficinas de funcionarios o de parásitos del Estado (!épale "CIM"!!).

Es por ello que se ven las costuras desde lejos. Esas emociones por ser bien evaluados por la derecha, esa excusa tonta para la falta de resultados de corte revolucionario y el camuflaje alevoso de la trampa cuarta republicana, o la trampita estadística para desmotrar que se trabaja con eficiencia, o los llamados a "La Concordia" (incluidas visitas a París), o la lista de chapitas y plaquitas para demostrar que se es "excelente" recibiendo premios y (con)decoraciones. Un tinglado que desde lejos no logra esconder la hedentina. Sentirse superior a otros, en país que fue condenado por decádas a la desigualdad más aberrante, es, desde ya, empezar a buscar privilegios. Es perpetuar el sistema "de clases", donde los únicos que toman vacaciones son ellos. Los demás que nos jodamos.

La próxima vez que un pajúo arribista de estos, un aspirante a burguesito de estos, me diga que no critique su excelente trabajo revolucionario y su "liderazgo natural", y que vaya a trabajar en Venezuela, y a sacarme fotos en las marchas rojas-rojitas de los revos faranduleros, le voy a contestar que pongo una sola condición: Que el escalrecido invitante se suicide y me manden el registro de defunción. Aunque con estos carajos nunca se está seguro. Resucitan en sus descendencias con los misma desmedia ambición, con la mismos complejos de superioridad, con la misma falta de ética y la misma capacidad del camaleón.

Se regala .38 Smith&Wesson del especial, que algo queda...

Manuel Brito