2009/09/29

60 años

Empiezo por dejar sentado, aunque sea en el suelo, que las aseveraciones que siguen están basadas en un estudio "científico" (es decir, mi opinión personal y prejuiciada de datos dizque-estadísticos tomados ad-hoc) y quien se atreva a refutarlas tendrá que demostrarme que tiene más "derechos académicos" (pregúntele al gordito ex-cualquiervaina o a una de sus focas) que los que tengo yo; o sea que tiene que echarle bolas los hunos y ovarios las hunas. Nómadamente hablando, digo.

Por razones que no voy a reseñar aquí fui a rendirle tributo al Presidente Mao unos pocos días antes de celebrarse el sexagésimo aniversario (¿habrá alguien que enseñe a nuestros periodistas el uso de números ordinales??) de su discurso en Tiananmen con el que se declaraba oficialmente fundada la 中華人民共和國, o para los panas que todavía no "machucan" los caracteres chinos: Zhōnghuá Rénmín Gònghéguó. Vale la pena comentar que la Revolución, como toda Revolución que se respete también tuvo su "yo sí puedo" y los chinos simplificaron sus caracteres para hacerlos accesibles a las grandes mayorías (que en China son más grandes que en cualquier parte del mundo) y en el idioma moderno el nombre oficial ahora se escribe: 中华人民共和国.

El mausoleo del Camarada Mao, donde reposa su cuerpo embalsamado en un sarcófago de cristal, está precisamente al sur de la gran plaza de Tiananmen y de frente a la "Puerta de la Paz Celestial" desde donde el gran líder anunció al mundo en Octubre 1 de 1949: "En China, se acabó el pan de piquito".

60 años han pasado y puedo asegurar que ahora, más que nunca, hay pan de piquito en ese país del que Joaquín Marta Sosa me dijera en Sartenejas por allí por 1976, el año en que el camarada Mao se convenció por experiencia de que no hay "paz celestial": "China es un país sub-desarrollado".

Seguiremos informando, que algo queda...

Manuel Brito