2009/06/03

Marcianos, Apontes y sus apuntes

Empecemos por decir que no se puede debatir con una columna de "opinión" . Y terminemos por decir que es menester debatir con el columnista. Porque esas opiniones tienen que haber salido de algo. Ya sabemos, vía Pasteur, que la generación espontánea es un acto de fe, y que los actos de fe son contrarrevolucionarios en tanto forman parte del sistema de alienación. Nota bene: Le escribo a la gente joven, a la que todavía puede usar sus energías para forjar el futuro. Futuro que no está escrito en ninguna parte. A las viejitas religiosas (dicho sin distingo de género, ni de edad) no es menester "torturarlas" con pecador ateísmo. Ya tienen suficiente penitencia con sus dependencia de dioses, vírgenes, pecados, e infiernos.

¿De dónde salen las opiniones? Uno opina según su condición y circunstancia de ladrón. Y se es ladrón porque lo más que haces es reflejar la ideas de los gigantes del intelecto y adaptarlas a lo que llamaba Ortega (¿o era Gassett?): La circuncisión del hombre. Como corolario: ¿Quiénes son los intelectuales venezolanos (dicho sin distingo de posición relativa respecto a la talanquera) de esta hora? ¿Quién gradúa de intelectual a quienes no son refererencia para nadie en nada?

Volviendo al debate... ¿Cómo se puede debatir con marciano sobre Socialismo, que es por definición Movimiento al Comunismo, si hay como 5 marcianos y cada marciano tiene su interpretación muy personal de la Revolución como una social-democracia chévere, chévere, pluralista y tolerante? ¿O cómo hacer con los apuntes del colectivo Antonio Aponte que
cambia de tonalidad revolucionaria según la ocasión ?

Tomo como ejemplo a un Aponte a quien le he leído en más de un apunte: "La Revolución es un debate único, una sola confrontación que se escenifica en varios campos: el gran debate entre Socialismo y capitalismo, entre amor y egoísmo".

La Revolución NO es un debate y el Socialismo NO es amor. La Revolución impone la hegemonía de la clase trabajadora contra viento y marea, llueve, truene o relampaguee. El Socialismo es el proceso, bien jodido por cierto, hacia la sociedad comunista, lleno de cardo y ortigo, y una que otra rosa blanca. Y la siembra y la cosecha no se hace ni en Junio ni en Enero, sino 365 días al año. Que en la sociedad comunista puede que consigamos el amor, que sea ese objetivo de vida, es otro asunto. Pero de aquí a allá hay mucho trecho; ponle tres generaciones para dejártelo barato. Para alcanzarlo hay que aprender a pensar. Aprender a pensar cartesianamente, y enseñarle a los niños a pensar cartesianamente. Explicarle a los jóvenes, aún rescatables de las fauces de la metafísica, de la religión, de la esotería, que la fraternidad, la libertad, la igualdad y la responsabilidad no son bondades emanadas del "espíritu" y de la devoción a "dios", sino actos de conciencia plena. No basta con poner frases bonitas en ristras, ni es posible maquillar de belleza un proceso que insurge para destruir (¿destruir constructivamente?) un sistema de explotación. Ergo, ¡la Revolución es CIENCIA!

¿Dibujitos???, que algo queda....

Manuel Brito