Hace ya muchos años aprendi que la exclusión estaba ceñida a un principio. Hoy en día, esa exclusión, ese principio, es apenas una consecuencia de un teorema que más abarca y que -oh contradicción- más aprieta. El Teorema de la Estadística del Spin pone las cosas en su lugar. Si de fermiones se trata, Pauli tiene razón, es decir un estado cuántico sólo puede ser ocupado por un fermión; pero si se trata de bosones, la restricción no aplica. Y pensar que cuando yo tuve que aprender esto la cosa se reducía a saber que dos electrones que ocupan un mismo orbital tienen que tener spin diferente. Y no me pidas que te explique que es spin porque hasta allá no me llega la paciencia....
Y hablando de spin, física cuántica, nimiedades, cosas elementales, nada que implique de mi un esfuerzo intelectual, estoy, como siempre, rotando sobre mi eje. "Yo" me sorprendo que se hagan críticas a cualquier cosa porque "yo" tengo la capacidad de, primero estar de buenas con todo el mundo, y segundo sólo ver el lado bonito de las cosas: Felicidad, Paz, Armonía, Belleza, Flores, sólo me falta la Marihuana... Y así el "principio de exclusión" sigue tan principio y tan excluyente como si nada hubiese pasado en 90 años de Historia, de Ciencia, de Materialismo (todas en mayúsculas). ¡Que se joda Copérnico, también!!! El Universo rota a mi alrededor. Yo soy el alfa, el omega, el rolex, de los tiempos -y su mediciones-. Sin mi no puede haber dios. Papas y cardenales si, pero pontífices no.
Han adivinado. La cosa es con ustedes, los que excluyen. Los excluyentes. Los que con soberbia maltratan a quienes les critican porque no tiene el grado de educación (un decir!!) que ustedes tienen. Estos portentos de la bolsiclonería, que se resisten a que se critique el "buen trabajo", "el trabajo bien hecho", v.g.: "Felicidad, Paz, Armonía, Belleza, Flores, sólo me falta la Marihuana". Y todo ello en medio de una guerra a muerte en la cual los medios de comunicación son el arma que más gente asesina: La famosa bomba solo mata gente.
En medio de una Revolución (popular, que no hay de otras), los medios de comunicacion de la Revolución no pueden estar en manos de "equilibraditos", social-cristianos, social-demócratas, centristas, fachas disfrazados de glamour y, mucho menos, de ignorantes recién disfrazados de revolucionarios. La condición sine qua non para que la Revolución sea incluyente de las grandes mayorías es que todos aquellos que opinan aguao desde su privilegiadas posiciones de ejes sobre los que rota el planeta, se dejen de webonadas, y aprendan a llamar arroz a lo que es arroz, y a quien hace bien su trabajo revolucionario (no te olvides nunca del adjetivo) Samán.
Mision Apéate, que algo queda...
Manuel Brito