Ya que no es bueno usar las frases de Luis Herrera, aunque éste las haya aprendido de los poderes creadores del pueblo, parafraseamos a un presidente "imperialista", (como es uso decir de las mentes simplonas): Abraham Lincoln.
El bueno de Abby me hace la gauchada cuando describe al tonto de capirote, como aquel que cree que puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. Hace la salvedad de que hay focas que pueden ser engañadas todo el tiempo, y focas menores que pueden ser engañadas durante un determinado espacio de tiempo.
Establecido asi pues el concepto de tonto de capirote, nos atrevemos a decir:
Se pregunta el ex-pertillo (puro ex-) si no es una contradicción que a un tonto de capirote el gobierno saudita de Carlos Andrés Pérez le compre un título de doctor en Cambridge. Pues no, así funciona el sistema. Precisamente de eso se trata el sistema. Es precisamente así como el sistema de dependencia y de cipayismo se mantiene intacto y bien aceitado en las naciones dependientes.
A tontos de la clase media engreída y mediocre, arribistas, jaladores de mecate, mafiosos, maleantes disfrazados de gente decente, los gobiernos de turno le compran títulos en "las mejores universidades del mundo", sabiendo que van a regresar aún más tontos, más engreídos, más agallúos, y con doctorados que usan como patente de corso en contra de los conejos que se dejan encadilar con los "doctorados". Les dan puestos de docentes en la pocas universidades nacionales que hay donde se dedican a invernar -científicos sin producción científica, docentes sin producción de material educativo- hasta que les sale barriga y se les cae el pelo, entonces los hacen decanos y rectores con el beneplácito de una comunidad universitaria cómplice de su propia destrucción. Ahora, si los "doctores" buchones, cobrando por décadas sin presentar el resultado de su trabajo de "investigación", salen de su larga invernación, se dedican a terminar de joder a las instituciones con su "docta gerencia" y sus teorías peorras y "científicas" de "excelencia y calidad" que limita a 0% el ingreso a las universidades de las clases populares. El mandado esta hecho. El tonto apadrina una nueva camada de tontos venidos de la clase media sifrina (o aspirantes, que son los peorcitos), y el ciclo tontual se perpetua hasta que llega la Revolución y manda parar.
Es allí cuando le entra la histeria a los tontos y sus focas. Y es allí cuando, para el que quiera ver, se caen las caretas y nos liberamos del ciclo tontual de improductividad científico-tecnológica, de ineficiencia, de mediocridad, de trampa, de plagio y componendas "políticas", y de exclusión de mi pueblo del recinto sagrado que fue creado para vencer las sombras con justicia, con ética y con probidad.
Va sin dibujitos, que algo queda...
Manuel Brito