No solo el presidente Chávez anda con escapulario. Yo cargo uno que me fue cedido en Septiembre 11 de 1973. Me fue cedido en forma cruel e inhumana, de una forma que marcó pauta en mi vida. A diferencia del escapulario de Maisanta con su carga metafísica, que pasa de generación a generación en la familia -y le tocará al tocayito nieto cargarlo algún día- el mío es uno de validez universal que le llegó a muchos de mi generación. No sé si es mi culpa que muchos que recibieron ese escapulario se hayan "dejadodeso" y ahora, con un diploma universitario en la mano, se comporten como viejas cacatúas todo terreno (dicho sin distingo de género) que exhiben a diario su mezquindad, su egoísmo, su altanería, su ignorancia doctoral, su anti-venezolanismo, su oropel vacuo.
Cuando leí en Aporrea el notición de importancia non-plus-ultra para la Revolución, que sólo llega allí por medio de un petrimetre, ¿o era un lechugino?, sobre la prohibición que tiene los hijos de Bill Gates de usar i-pod o similares, me acordé de mi Ay-pod. Como nota al margen, Bill Gates, por si no lo saben, es un exitoso vendedor de productos majunches para computadoras.
Mi escapulario, que antes era un papelito doblado con las últimas palabras del compañero Salvador Allende, ese jugo concentrado de marxismo, ahora es un archivo mp3. La tecnología de putas (o algo así...) tiene que servir para algo en manos de alguien que aspira a ser respetado por sus hijos por ser revolucionario. Que la revolución empieza por casa.
Cuando he dudado de lo que hago, de lo que digo y de lo que escribo, vuelvo a escuchar a Allende. Antes de ir al combate diario, oigo a Allende. Cuando leo las estupideces letradas de los "equilibraditos" que substituyen la formación política con el lugar común, y para no decirles estúpidos y letrados todos los días, busco calma y energía en las palabras de Allende.
Mi Ay-pod tambien tiene el discurso de Allende ante las Naciones Unidas en 1972. Y segmentos de su discurso en la Universidad de Guadalajara (que es sabido esta en una llanura) ante los estudiantes de esa casa digna de las causas que nos comprometen. Ese Ay-po' también tiene obras completas de Marx traducidas (sin vulgar y deshonesto plagio) por Alí Primera. Tiene los tangos de alto contenido social de Gardel, las amarguras de Enrique Santos Discépolo, las palabras de Discepolín en defensa de lo que el considero, dentro de su limitada formación política, una Revolución (palabras plagiadas también por ahí, que el uso y abuso de escapularios ajenos son vainas de esa clase media asquerosa). Pero no todo es "política" (como acostumbran a decir los pequeño-burgueses en RNV). No faltan los poderes creadores de mi pueblo. Esas canciones super-políticas que me enseñaron a ser y a estar orgulloso de ser, barloventeño, venezolano e indo-americano.
Ay-pod que prohibe olvidar, que algo queda...
Manuel Brito