2010/04/21

!Les arrancó la máscara!!!

México: País de contrastes. Suena bonito. Substituya "México" por cualquiera de los ciento noventa y tantos otros nombres de países y le seguirá sonando bonito. México: País de luz y sombras. Más bonito aún. México: cuna indiscutible de la lucha libre como espectáculo, como religión. No suena tan bonito pero es la mera verdad. ¡Híjole!! Que si no es por México no habría vistosas máscaras en ese deporte, donde el porte de los deportistas no es siempre el más deportivo de los portes.

Esconder el rostro tras una máscara es un asunto de profundidades. El que desee aprender un poco de esto remítase a los programas que, sobre religión, Vladimir Acosta grabó bajo el título "La Otra Mirada". Programas donde se denuncia la religión como lo que es: herramienta para manipular al humilde y que, como es natural, le resbalan en el lomo a todos aquellos que escapan de la realidad, del hecho histórico, para sumergirse en sus debilidades y contradicciones. No debe olvidarse -¡nunca!!- que en casa de este herrero que es Vladimir se usó cuchillo de palo. Inolvidable el episodio de la recomendada y alabada monjita "científica" (una mentira fácilmente demostrable) con sus 15 largos minutos de catecismo y loas a Razinger por VTV.

Volviendo a las máscaras. Tanto los "técnicos" como los "rudos" usan máscaras. Por encimita, y en terminos de "cultura" local, me acuerdo del Dr Nelson en representación de los primeros, y del Dragón Chino como el rey de los segundos. Arrancarle la máscara al contricante era parte de la gran farsa, del circo. Circo que de cuando en vez se llevaba en los cachos a algún lesionado a quien un golpe mal dado podía ocasionarle la muerte. Esto en lucha libre. Sobre el mismo cuadrilátero se ejecuta otro deporte (que hay que darle nombre) donde no son permitidas las máscaras. Un deporte que cuando deja de ser amateur, debidamente regulado y controlado, se convierte en un festín de miserias. Repito. No se usan máscaras. Las caras la descubierto.

Quién iba a decirme a mí que un campeón de boxeo profesional, parte de ese circo que demuele vidas y dignidades como en todo (¡todo!!) aquello donde el capital marca la pauta, la última vez que estirara el brazo para conectar un recto de derecha, seguido de un gancho de izquierda, serviría para tumbarle las máscaras a estos guasones que dicen ser revolucionarios, que dicen apoyar a un gobierno de vocación socialista (Guédez dixit) y que basta que se les de cuerda para que boten pa'juera su festín de miserias.

¡No los salva ni la campana!!, que algo queda...

Manuel Brito