2010/04/07

Ex-candidato a la presidencia

El aspirante a ex-candidato a la presidencia de la república, el ex-flaquito ex-rector de lo poco que queda de la ex-UCV después de 1969, ex-jalacolabolador del ex-guerrillero arrodillado ante el FMI (ex-comandante Doroteo), y ex-jalamecate de Chávez, se ha pasado la vida haciendo el aguaje, y montando el tinglado, de que es investigador científico.

El ex-presidente Carlos Andres Pérez, por palanca del ex-suegro, le compró al ex-flaquito y a su ex-marida (que María Cristina era la que gobernaba y había que seguirle la corriente) títulos de "doctor en filosofia"(¡un decir!) en una presigiosa universidad del del ex-imperio británico. A partir de allí reposeros. ¡Ambos! Vaya que en el entrópico trópico el ser doctor es la clave, y el bongo, para montar el aguaje de que se es "académico", de que se es "científico". ¿Quién vigila a un doctor? ¿Quién evalúa a un doctor? ¿No son mochos que se juntan para rascarse?

Ni con becas, ni con bequitas en "las mejores universidades del mundo", y ni con vaselina, ni con sebo, le entra en su materia marrón (pendiente de sus orejas, por si acaso hay derrames) la lógica formal. Un investigador científico que NO maneja la lógica formal, pero que aprendió de la abuela y del padrote semental de su padre, (ex-padre de 15 malcriaditos en 5 mujeres diferentes) las artes de la distribución de sardinas. Arte que le permite rodearse de focas acríticas que le están muy agradecidas por favores recibidos (¡épale!!).

Un investigador científico, por entrenamiento, por oficio, investiga antes de dar opinión. Una mente analítica, cuando emite una conclusión, la hace después de "haberse paseado"(como suele decir el sifri-"socialista" Mierdeau, s.j.) por los hechos, por lo objetivo, por lo observado, y de establecer vínculos entre hechos aparentemente aislados, para obtener una visión consistente de todos los datos que se tienen. Por el contrario una vieja histérica (dicho sin distingo de género y con grado alcanzado a edad temprana), malcriada bajo la premisa de que es superior al resto de los mortales, ambiciosa, entrenada en la trampa al Estado, hábil en el difraz de gente decente, docta en el mercadeo de la educación, traficante de influencias, con licencia para agredir desde su "tribuna popular" (¡jajaja!!) a todo el que no le dobla la cervis, con licencia para la extorsión, lo único que puede hacer es reaccionar como un perro de Pavlov a cualquier ataque. Olvidando lo que dijo ayer y hasta olvidando lo que escribió hace apenas semanas. "Científico", pues.

¿Hace falta rebatir sus fofos "argumentos" basados en la histérica musa del momento? ¿Hará falta defenderse de su predecible lista (clasistas, racista, machista) de descalificaciones? ¡No!! Lo que importa es que se despierten los aspirantes a focas (¡que son los peorcitos!!!). Lo que importa es que los revolucionarios probados en terreno proletario, como Martín Guédez, no vuelvan a traicionar y echar a la jauría a una proletaria para quedar bien con las focas del ex-flaquito y con el mismo jefe mafioso. Porque la traición no se perdona. No se puede rebobinar el cassette de la historia.

Como el ex-flaquito hay muchos. Este es apenas un caso de estudio. Así funciona el fascismo disfrazado de "izquierdas". A estos sapos no hay que salir a atraparlos. Ellos vienen y se ensartan solos. Un masaclote de inconsistencias, un amasijo de desmedidas ambiciones personales, una mediocre retahila de trampas, de componendas, una cadena de negociados, convertida en episodios heróicos de la historia ciudadana. Falta de ética profesional al por mayor, pero por sobre todas las cosas, un exceso de células grasientas y mal olientes entre los parietales.

¡Liposucción ya!!, que algo queda...

Manuel Brito