Detrás de Doroteo, esa cosa a la que se le pelaron las rodillas en sus religiosas peregrinaciones a la banca internacional, y la lengua hablando webonadas de por qué hacía lo que hacía (¡por traidor, webon!!) habría un cerro, mejor dicho, una colina de masecos y miricos (nótese la primera i) que veían en Hugo Chávez la antítesis de lo que era el Movimento al Sifrinismo. Movimiento que hoy cuenta con nuevos voceros que con menos agallas gargagean sobre el pueblo su sifri-"socialismo" desde el CENDES, desde el Centro Internacional Martita (CIM) y desde la cueva con pinturas rupestres.
En los años en que Carlos Andrés Pérez les compraba títulos en las mejores universidades del mundo (business is business) estos muchachones se dedicaron a coleccionar diplomas, es decir, a
coleccionar "sabiduría". "Sabiduría" que ya sabemos nos hizo una potencia mundial en mafiosos de la "academia", en buchones reposeros, en investigadores sin investigación, en docentes sin escuela de pensamiento, en farsantes y en confeccionistas de disfraces: se disfrazan de gente decente. ¿Pruebas? ¿Te suena perrarina? ¿Qué ha cambiado? Los que desde el principio se opusieron a ser liderizados por Chávez, siguen allí dándose con la pared. Uno de ellos le carga el maletín a una cosa como Manuel Rosales. Mi madre diría: dios castiga sin palos ni piedras (¡ah pueblo creyente!!). Pero los que creyeron que el sargento cuartelero les serviría de portaviones para desplazar con su mediocridad a la mediocridad adeco-copeyana, se están dando con la pared del ABC de la Revolución: "La revolución no pasa por la universidad, y esto hay que entenderlo; la revolución pasa por las grandes masas; la revolución la hacen los pueblos; la revolución la hacen, esencialmente, los trabajadores." (Salvador Allende, 1972).
Son estos especímenes que se creen intelectuales porque tienen un titulo chucuto (harto demostrado) a quienes les cuesta tragar a ese líder que ni habla bonito, ni escribe bonito, ni es bonito, pero que nos convoca despues de 200 años a una empresa de libertad. Son a estos especímenes que se creen intelectuales porque tienen un título chucuto (harto demostrado) quienes se sienten por encima de obreros y campesinos, los que se burlan del trabajo de un colectivo revolucionario y proletario, comprometido con la causa, como "El Grano de Maiz". Son a estos especímenes que se creen intelectuales porque tienen un título chucuto (harto demostrado) a los que hay que llevarles la cuenta de sus visiones clasistas, de su Sifri-"socialismo".
Lo demas es corte y costura, que algo queda...
Manuel Brito