La gente que gusta de citar a Ernesto Guevara -y sin desenfado me incluyo- usa una expresión que dejó al Che sin habla y con una fiebre de 41 como por una semana. Así habrá sido de importante y efectiva la frase: "Cuando lo extraordinario se hace cotidiano, entonces estamos en Revolución". Nótese que Guevara no le pone apellidos a Revolución. Para nosotros, quienes estamos sentados a la izquierda de cualquiera que se auto-denomine revolucionario, no hacen falta los apellidos.
Toda Revolución es inédita. Y toda tranca en la Autopista del Este también es inédita. Los acontecimentos no se precipitan siempre en la misma secuencia, en la misma forma, y mucho menos con los mismos protagonistas. Son inéditas hasta las novelitas rosas de TV, que son
reencauches todas de "El Derecho de Nacer", que a su vez es un reencauche y adaptación de alguna obra literaria: "El deber de morir", por ejemplo. La Historia, que tiene propiedades vectoriales, no se repite.
Lo que se repite y se repite hasta la saciedad es que la Revolución la hacen los pueblos. Y no todos los pueblos. Sólo los pueblos con un alto grado de conciencia y formación política pueden hacer la Revolución, pueden defenderla y pueden hacerla avanzar. Con ciencia. Nótese el espacio entre las dos palabras. La intuición, de la que hemos venido dependiendo hasta ahora, es una herramienta mellable, frágil, fututa, para defender un proceso revolucionario.
Desde Abril 13 del 2002, y a pesar del famoso crucifijo y del perdón "divino", han pasado 7 años para que el que no sabía nada de formación política revolucionaria -incluyendo al Presidente de la República que hasta ese día estuvo dando tumbos "ideológicos"- haya sacado un cursito
propedéutico. Para que el nunca escuchó una canción de Alí Primera, la pueda silbar como hacia Andrés Bello con la agricultura de la zona tórrida: ¡de memoria!!! Para que un país netamente joven deje atrás la "Fe de sus mayores"(que decía Machado), y se adentre en un mundo de conocimiento y de razón, es decir ciento por ciento humano. Y para pararle el trote a todos estos bolsiclones que se esconden detrás de lo "inédito" de la Revolución como inexcusable excusa de escusado para no formarse ni política, ni profesionalmente. Sugiero que vayan buscando abogados buenos.
La patria oslo demandará, que algo queda...
Manuel Brito