2009/09/09

Marxismo (notese el singular) y anticomunismos(notese el pluri!)

Para entrarle a patadas a Karl Marx, lo primero que hay que hacer es considerar que su trabajo es incompleto. Lo demás viene pegado a esa ambulancia. Una vez muerto, como ya sabemos, le cae gusano y: "El gusano es... etcétera, etcétera"(tinta cagada, cuartillas llenadas). No me imagino qué hubiese sido del súbdito del Segundo Reich, don Albert Einstein si en lugar de apoyarse en los trabajos de Newton y sus seguidores de siglos, hubiese atribuido al método científico su condición centro-británica y se hubiese puesto a inventar "heroicamente" (¡claro!) algo más germánico con sabor a la horripilante sauerkraut. Sin duda alguna habría sido un problema de gravedad.

Desde el 15 de Marzo de 1883, que los carajitos al menos durmieron tranquilos una noche, la gente que le tiene culillo al comunismo ha hecho maromas para volver tuche un método de trabajo, un método de análisis, y una interpretación de la Historia que aún no ha sido rebatida. Y en tanto no sea rebatida, seguirá causándoles dolor de cabeza -a los que tienen cabeza- y picazón de culo -a casi todos- a los anticomunistas de cualquier cuño, allende o aquende la talanquera.

Desde 1883 se han probado las mil y una estrategias para hacer desaparecer a Marx como una referencia universal en la lucha en contra del capitalismo. Una inocentada de Mariategui, de esos rollings que se le van entre las piernas a un Aparicio (¡y eran tres los Aparicio!), es la cita que más usan los anti-comunistas del siglo XXI: "“el socialismo en América Latina no debe ser calco y copia sino creación heroica; tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro
propio lenguaje, al socialismo indoamericano”. José Carlos escribió -porque experimentó- mucho más que eso, y más complejo que eso, pero es la frase inocente, sacada de contexto, la que se convierte en bandera de los anticomunistas para diluir los tres principios fundamentales inamovibles, dogmáticos, sectarios y otras linduras, de la Revolución que son, a saber: el primero, el segundo, y sin dejar a un lado -¡mucho cuidado!!!- el tercero.

Marx es el autor más citado por los anticomunistas y el autor mas julepeado por los que juegan a confundir. Marx es el autor que mas veces se han intentado refutar, valiéndose del viejo truco: "nos has planteado eso pero igual vas preso". Boxeadores de sombras, que diría nuestro campeón Betulio Medina. Existe un universo de "pensadores" burgueses, la mayoría europeos o aspirantes (que son los peorcitos), que con heroicidad transmiten "copy and paste" los anticomunistas de la nueva hora, y que dedicaron toda su vida a tres cosas importantes: tomar café, rascarse el ombligo y medio intentar refutar el "determinismo" de Marx. Y esta claro que para todo aquel que lo quiera ver, que no hay tal determinismo en Marx, porque lo mas que ofrece el bueno del Marx es un método de analizar la Historia y un método de interpretarla con un modelo matemático donde todas las series convergen a una cosa: destruimos el capitalismo o perecemos como civilización. Y el método, es el mismo método científico que ha permitido entender por qué a los pensadores por más que consuman cafeína en los grandes cafes de las grades urbes europeas conversandito webonadas con los amiguetes, no se les quita la picazón
de ombligo. Cientificamente hablando: no tienen nada que ver el culo con las pestañas.

Marx tiene de eurocéntrico lo que Newton tiene de cambridge-céntrico, lo que Einstein tiene de zurich-céentrico, lo que Bolívar tiene de esquinadesanjacinto-céntrico, lo que tiene Miguel de Cervantes y Saavedra de lamancha-céntrico... Son todos seres universales. ¡ Y universal es un concepto que no todo pluripendejón (un pendejón en cualquier universo) maneja!

¡Ditto!, que algo queda...

Manuel Brito

http://moliendo-cafe.blogspot.com/