José Alfredo Jiménez es otro de los gigantes de nuestra canción popular. Es uno de mis paisanos, quien junto a Agustín Lara y Alvaro Carillo acapararon a casi todas las musas que habitaban por los lados en que nuestra gran nación colinda con el muchachón imperial, a lo largo de largos trechos del Río Colorado y el río Arkansas, la frontera que nos fue usurpada.
Dícenos José Alfredo en una canción conocida: "Y si quieren saber de tu pasado, es preciso decir una mentira, dí que vienes de allá de un mundo raro, que no sabes llorar, que no entiendes de amor y que nunca has amado.". Específicamente, José Alfredo hace incapié(sic), aunque es más aztecapié que cualquier cosa, que dice mentiras quien dice no saber de amor, a no ser que venga de un mundo raro. Y como todos somos de este mundo, mundo material, "problemático y febril", incluyendo a los que hacen de la metafísica un modus viviendi, se vuelve ladilla quien mucho habla de amor, y ofrece tostadas sin queso, o con queso invisible.
Los curas -de cualquier signo, con o sin sontana- son unas verdaderas ladillas. Sermones tras sermones, diciéndole a la gente lo que tienen que hacer, pero no dando el ejemplo. Y los que intentan dar ejemplo nos echan la burra para el monte, porque ponen la voluntad de su dios por encima de la voluntad de los nuestros, y la voluntad de los nuestros es rebelarse ante la injusticia, ante el esclavismo, ante el racismo, el clasismo, y póngale usted todo aquello que nos hace vomitar a los que aspiramos a ser llamados revolucionarios. Todo ello forma parte de este mundo material... Porque la injusticia no es un sentimiento, ni es una espiritualidad. La injusticia es tangible, tanto para aquél que agrede como para el agredido. Y el agredido no siente la injusticia en el músculo que bombea sangre. La siente en el cuero, día a día.
Por tanto, vamos a dejar la habladera de webonadas del amor (asociado a leyendas bonitas), del "pluralismo" (obscena extorsión de minorías reaccionarias) y del parlamentarismo burgués. Aquí nadie es de un mundo raro. No es de espiritualidad que se hace Revolución. Es acción concertada. Es CONCIENCIA y con ciencia se hace. Se toma el poder para ejercerlo. Las masas se hacen del poder para ejercerlo en contra de las minorías reaccionarias. Las minorías reaccionarias saben muy bien qué hacer con el poder cuando lo ejercen. Si quieren meterse en honduras para tener la experiencia de primera mano, yo les pago el viaje en morrocoy.
El materialismo histórico, la dialéctica materialista (todos inventos de Stalin el terrible, según dice el sifri-socialista detractor de Chávez) no llevan materialismo de adorno. Materialismo en contraposición a utopismo, a comeflorismo, a espirtualismo. Espiritualismo vago, espiritualismo difuso, espiritualismo acomodaticio, espiritualismo local. La cristiandad militante es un asunto de unos pocos. La Revolución es un asunto de toda la especie. El hijo de dios y sus parábolas son la herramienta de dominación que escogió el moribundo imperio romano para seguir jodiendo. No les falló ni tantico así el cambio de estrategia. Si usted es creyente, tómeselo con soda, pero no siga metiéndole creencias y supersticiones a mis muchachos en la cabeza. Somos una nación joven, y no podemos seguir siendo una nación cuyo destino dependa del "si dios quiere" y los muchachos crean en pajuatadas locas como la existencia de adán y eva, y su falta de ombligos.
Un amor de carne mechada y sin mantequilla, que algo queda...
Manuel Brito