La contra-revolucion, es decir eso que los "revos" (masecos aquende la talanquera que le tiran besitos a los masecos allende la tanquera) llaman con dulzura oposición, se ha caracterizado por poner en primera línea a payasos con títulos universitarios en la espera de que tanta brillantez acumulada logre encandilar a nuestras muchachonas y nuestros muchachones. Y éstos, han tenido la bicoca de 9 años para tomar manquesea un cursito de formación política revolucionaria, y si eso es mucho perdir, manquesea leerse un manifiesto que anda por ahí desde 1847, o contrimenos aprender a comer avispa. Y la de la contra-revolución es una estrategia del carajo... Un profesor de Harvard y un profesor del MIT, ambos (en) Mamachusets, usaron el prestigio de sus instituciones para venir a meter caña, cual novatos jugadores de ajilei. Uno veía a las doñitas del Este (dicho sin distingo de género) ovulando con estos dos tercios: "¡Imagínate Teodora!! Hausmann y Requete (censura) vinieron de Boston!!!" Desde un altar innecesario y con voz de ultratumba, como la usaban en la RNV de la cuarta y ahora de la quinta, Don Simón les soltaba: "¡Azotes!!!"
Pero alguna ventaja tuvo el que estos monigotes sin ética profesional viniesen a presentar su "análisis" de los resultados del referendo del 2000 y algo. Gracias a ellos, medio mundo criollo se enteró de la existencia (o la inexistencia) del Cisne Afrodescendiente, y medio mundo aprendió a usar el análisis sistémico (pa' que suene bonito) como se debe. Por ejemplo: un profesorcillo universitario se crea un aura de honestidad y ética, y tú consigues que debajo de ese impoluto manto le pone barriga a una de sus jóvenes estudiantes. Bueno, ya con eso se acaba el pan de piquito. Ahí tiene usted el cisne negro, que canta y no se muere. No hay vuelta que darle. Basta que haya una para que se derrumbe el tinglado. Porque quien falta una vez a la ética profesional rebasa una de las barrera energéticas más altas y más importantes de la sociedad. Lo demás es caída en picada. Claro, eso si no tuviésemos una sociedad de celestinos y de cómplices...
La teoría del cisne afrodescendiente me ha servido para descartar a una serie de individuos que se dicen "de izquierdas" (nótese el plural de cosa tan singular) y desde marzo 11, un día en que me movieron el piso como nunca, me ha servido para demostrar sin mover un solo dedo que las ideas socialistas, que la Revolución, está llena de payasos que pasan por pensadores e intelectuales, de payasos que pasan por profesores y profesionales universitarios, de payasos que ni siquiera medio entienden lo que medio leen, que no son capaces de hacer uso de las herramientas científicas y método científico para al menos escribir con decencia sobre hechos relevantes. Ya con su medio apoyo a la invasión de Libia venían mostrando sus plumas poco blancas, pero el destape total lo han hecho escribiendo la primera webonada (sus fuentes son la web) que se les ocurra en referencia a Japón, al terremoto, al tsunami y la forma de enfretar un accidente en plantas nucleares en el archipiélago. Y como yo si tengo información de primera mano, y de primera piel sobre este asunto, y como yo si creo que la Revolución es CONCIENCIA y CON CIENCIA se hace, puedo asegurar que si sobre lo que yo conozco y experimento hablan la webonada pareja, dicen mentiras sin sonrojarse, escriben para manipular, entonces sobre las cosas que me son lejanas aplican la misma receta. Basta un cisne negro, y solo un cisne negro para determinar que el sujeto no es ético, ni es honesto, ni es un coño...
Páyasos con público payaso, que algo queda...
Manuel Brito