2009/03/05

Letras de Cambio

Un perspicaz lector del título que acompaña a estas líneas no dudará en deletrear: CE-A-EME-BE-I-O, pero un perspicaz comerciante tiembla ante el título. Una letra, según reza en el diccionario, es "el título de crédito formal y completo que contiene una promesa incondicionada y abstracta de hacer pagar a su vencimiento al tomador o a su orden una suma de dinero en lugar determinado, vinculando solidariamente a todos los que en ella intervienen.". Y para que no queden dudas le ponen, a modo de "In god we trust": Sin aviso y sin protesto.

En el argot magallanero, es decir revolucionario (¿o no?), decimos que alguien le pasa factura a la Revolución cuando aspira -y son unas verdaderas aspiradoras- a que los pongan donde "haiga" en recompensa por haber sido fieles a la causa. Mas que facturas son letras de cambio. Ni avisan ni dejan que se proteste. La censura que imponen estos petrimetres, ¿o eran luiginos?, daría risa de no ser un drama. Aquí el único que ha avisado y protestado porque los medios de comunicación de la Revolución están en manos de pequeños-burgueses, soy yo. Yo, íngrimo y solo viendo como perdemos la guerra mediática en lo nacional e internacional, como no se avanza en la toma de conciencia de clases, mientras los valores burgueses y la guachafita bolsiclona sigue marcando la pauta en radio, televisión, web y afines.

¿A quién le interesa si la mujer de Obama usa pantaletas de satén, o si Hillary Clinton (pronunciado con glamour) camina asi porque se le quedo el condón adentro? ¿Qué importa de qué marca es la franela de un segundo de CAP? ¿Qué implicaciones geo-politicas tiene el premio Oscar? ¿Qué me interesa si vas o no a los conciertos de Shakira o te roban, a punta de pistola, un celular de última generación? ¿Dónde estaban todos estos comunicadores "revolucionarios" cuando asesinaban a los compas del CLP en Cantaura? ¿Disfrutando de ser ovejitas desacarriadas pero benignas al sistema?

En general, los fieles a la causa ya no están entre nosotros, pero no me quiero desviar del tema. La lealtad a la causa revolucionaria no es cosa de guachafita. Decia un compañero muy apreciado: "Y ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica; pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse como revolucionario, en una sociedad burguesa, es difícil". Y ya sabemos que cuando dice una sociedad burguesa se refiere a toda la bolita del mundo (¿o no?).

Ahora ir "avanzando" en los caminos de la vida burguesa claudicando, como hicieron muchos ante la chequera de Simón Alberto Consalvi, y llegado el momento histórico (que la Revolución es indefectible e indetenible) decirse revolucionarios, no es una contradicción biológica. A eso se le llama oportunismo. ¿Cómo se reconce al oportunista? Está fácil. Sabe más de farándula que de teoría y práctica revolucionaria. Nunca toma posición por nada, prefiere la neutralidad (porsia...). Ah! porque ellos son libre-pensadores (ni libres, ni pensadores). Saben a quien hay que jalarle para mantenerse flotando (y no es que les diga mojones. ¡Lejos de mi ofenderles!). Y consumen y consumen y consumen como si dentro de 10 años se fuese a acabar el capitalismo y la sociedad burguesa.

¡Aviso y protesto!!!, que algo queda...

Manuel Brito